Al frente: escudos, armamento y trajes negros. Al respaldo: piedras, capuchas y bombas molotov. Se escuchan gritos y el estruendo de las aturdidoras. Muchos corren, otros siguen agitando los carteles, pero hay quienes se atreven a estar en el medio, es la razón de estar allí.
Sin permitir el asomo del miedo en sus rostros, civiles salen a las calles armados solamente con un chaleco y un carné. Estos, quienes se atreven a quedarse en el medio, ponen en riesgo sus propias vidas por defender los derechos humanos de aquellos que deciden hacer valer uno de los suyos: el de protestar.
La Unidad de Investigación Periodística del Politécnico Grancolombiano, habló con abogados y defensores de más de 10 organizaciones de derechos humanos con el fin de visibilizar una labor que por años ha sido desconocida y en muchos casos agredida por el Estado.